Comer pan es una tradición en la mayoría de las mesas de nuestro país, pero realmente, ¿cuál es su calidad?
A día de hoy, podemos decir
que debido a la gran cantidad de empresas relacionadas con su producción y su abaratado precio, la calidad del pan está en decadencia. Esto se debe a la disminución y cierre constante de las panaderías tradicionales y artesanales. El pan ha pasado a ser un alimento seco, congelado, con poca miga caracterizado por cocinarse en panificadoras modernas, a diferencia de en el pasado, con sus hornos tan peculiares.
Por lo tanto, ¿nos conviene abandonar esta tradición?, ¿preferimos un pan de menor calidad y más barato al verdadero pan?
Fuente: «El País».
Deja una respuesta