Este alimento contiene más de un 90% de agua, lo que ayuda a mantener hidratado nuestro cuerpo y por tanto se desmitifica aquello de “la lechuga retiene líquidos”.
El problema no viene del alimento en sí, sino de el resto de ingredientes que añadimos en nuestra ensalada. Haciendo especial hincapié en los condimentos como son la sal, que sí que retiene líquidos; o el aceite, del cual no se recomienda echas más de dos cucharadas a nuestra ración de ensalada.
Por tanto, si mantenemos nuestros platos en línea, la propia lechuga nos puede beneficiar controlando los líquidos y el peso de nuestro cuerpo.
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No tenía ni idea… que curioso…
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