Se acaba de dar a la luz una triste noticia, y es que Sam Ballard, un joven de 27, ha fallecido.
La causa de su muerte es curiosa como mínimo.
Todo comenzó por una apuesta con sus amigos, que le retaron comerse una babosa de su jardín. El problema fue que la babosa era portadora de un parásito llamado Angiostrongylus cantonensis, que se encuentra en los gasterópodos que ingieren heces de ratas.
Sam comenzó con calambres en la pierna, que más tarde terminó sufriendo un coma durante 420 días, y cuando finalmente despertó se quedó paralizado de cuello para abajo, y estuvo durante tres años más ingresado en el hospital.
La infección que provoca este parásito puede que no afecte tan gravemente a todo el mundo, que los síntomas sean simples como la fiebre, dolor de cabeza, pero si no se trata automáticamente, si que puede convertirse en una paraplegia.
Sam Ballard antes y después de la parálisis.
Pobre chico, los amigos en la vida se imaginarían lo que le pasó.
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Muy bien pensado y trabajado.
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